Celulares en el Aula

Chile dentro de los países de la OCDE, lidera el ranking de tiempo de conexión de los adolescentes utilizando smartphones (fuente The Economist), de acuerdo al estudio citado en un post anterior, el 77% de los estudiantes de octavo básico usa un celular inteligente, este mismo estudio (Ricardo Leiva de la U Andes), muestra que a los 10 años la mayoría de los niños chilenos ya tiene celular.Es cierto que las investigaciones aún son acotadas y es probable que no abarquen el amplio espectro que este tema considera, sin embargo me gustaría compartir dos estudios recientes. De acuerdo al "Center for Disease Control and Prevention" de EEUU, los niveles de diagnóstico de depresión y suicidios en niños de quinto a octavo básico y en niñas de enseñanza media han aumentado significativamente, este dato preocupante, tendría relación con la exposición continua a pantallas interactivas, este hábito creciente cada día, genera una liberación de dopamina, mucho mayores a lo que nuestro cerebro puede metabolizar, generando efectos similares al consumo de cocaína. La dopamina en estas cantidades, afecta la capacidad de concentración y la conexión con el entorno social, si la cantidad de dopamina secretada es alta se afecta la insula (zona cerebral asociada a las funciones "empáticas"). Como cualquier droga nuestro organismo comienza a adaptarse y a necesitar cantidades cada vez mayores de este neurotransmisor, haciendonos adictos y mostrando las típicas conductas de un adicto sin la droga, cuando no disponemos del celular. Un estudio de la psiquiatra norteamericana Victoria Dunckley, es la relación entre el uso de pantallas táctiles y la producción de cortisol (hormona que producimos en situaciones de estrés), los niveles altos de cortisol desencadena una serie de efectos, entre ellos : disminución de las funciones ejecutivas, aumento de la presión arterial y lo que es grave la posibilidad de causar "estrés tóxico". Si bien es cierto no podemos ser concluyentes, respecto a que el uso de celulares deriva en una disminución de los aprendizajes, cada día se suma evidencia científica de que su falta de regulación tiene efectos biológicos, que alteran nuestras funciones cognitivas.