El Malestar Social

Desde la tarde del 18 de octubre, la estabilidad en diversos ámbitos se ha visto disminuida y los que nos depara el futuro va desde el positivismo hasta la total incertidumbre y pesimismo. Lo generacional se manifiesta intensamente, al observar que la mayoría de quienes participan de las marchas son jóvenes, la sociología siempre presenta a este segmento etario, como intentando tomar posesión del mundo social, pero para lograrlo siempre han contado con una orientación ideológica encausante, transformando al movimiento más racional e instrumental, esta carencia actual de orientación ideológica, las expone a quedar presos de solo las pulsiones, la intensidad de las creencias respecto a la injusticia, valida las conductas observadas y que muchos no entienden, los peores excesos muchas veces se producen cuando hay una continuidad entre la convicción y lo que se cree válido.Sin un momento reflexivo entre impulso y conducta, cualquier cosa es posible.
Kant afirmaba que la experiencia moral derivaba de que los seres humanos cuando sienten un impulso subjetivo, son capaces de interponer la interrogante ¿es correcto aquello que el impulso demanda? la respuesta a esta pregunta requiere la existencia de reglas a la que el sujeto someta su discernir. Cuando la subjetividad individual es el quien decide, las reglas escasean y la sociología lo denomina anomia. Sin embargo la destrucción y los saqueos, no corresponde solo a anomia generacional es también un asunto de legitimidad, la clave en una sociedad es la forma de legitimar las desigualdades (que van a existir siempre), la modernización capitalista que nos transformó como país primero en jaguares y después en oasis latinoamericano, se nutre del acceso permanente a nuevas formas de consumo y la promesa de distribuir recursos en base al esfuerzo individual, esto tiene una debilidad ya que requiere : incremento del bienestar, expansión del consumo y la ilusión de recibir acorde al esfuerzo realizado.
Platón llama la mentira noble, cuando la sociedad se mide a sí misma la gente (especialmente los jóvenes) ya no encuentran motivos para obedecer. La fantasía se disipa y el velo de lo legitimo no existe, por ende la distinta distribución de recursos queda expuesta, sin relato que justifique su existencia. Las promesas incumplidas por nuestra clase política, podrían haber alentado : la certeza generalizada de la injusticia y un principio de legitimidad defraudado por el desempeño de quienes nos gobiernan. El sociólogo francés Raymond Aaron, describe las protestas juveniles como un psicodrama, una puesta en escena de pulsiones y certezas puramente subjetivas, advirtiendo que hay casos en el cual esta puesta en escena adquiere ribetes de genuina protesta, cuando las mayorías excluidas sientan que el bienestar prometido es inalcanzable. ¿qué debemos hacer? desde nuestro rol de educadores ampliar el conocimiento para que nuestros educandos desde el papel que asuman, aporten por el bienestar social en nuestro país.

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